A mi amiga se le paso los tragos

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Era el año dos mil ocho cuando yo junto a unos amigos de la universidad acudimos a una presentación artística en un local del centro de Lima, en aquella oportunidad sin saberlo atraje la atención de una chica . A los pocos días de esa presentación recibí una invitación de hi5 de parte de ella, nos hicimos amigos por esa vía y luego se volvió común que habláramos todos los días vía Messenger.  Después de unas semanas decidimos conocernos, ella era bajita como de metro sesenta, blanquiñosa, sus cabellos eran lacios y negros, tenía unas caderas anchas y unos senos redonditos. Ese día fuimos al cine y luego a comer un postre, ella me contó que tenía enamorado y que yo lo conocía ya que en la reunión de agrupaciones artísticas ella se percato que me salude el. Cuando salimos de la cafetería hacía frío en la calle así que ella me pidió que la abrace, a lo cual obviamente accedí, estando abrazados me acerque a ella y la bese, ella no dijo nada al respecto y también me besó para luego despedirse y tomar el bus con dirección a su casa. Ese mismo día cuando hablamos por la red me dijo que no se sentía mal por lo que había pasado entre nosotros ya que la relación con su enamorado no iba bien, el la trataba mal y no la llamaba en semanas. Desde ese momento me volví su paño de lágrimas, de vez en cuando la llevaba a mi casa y ahí aprovechaba para paletearla, yo no quería ser muy lanza diciéndole para irnos a algún hostal.

Un día en mi casa  terminamos hablando de sexo y ella me dijo que era muy gritona cuando estaba en la cama y que cuando tenía un pene en la boca no le gustaba soltarlo hasta que no sintiera la eyaculación, ese relato me puso al palo y me anime a invitarla para el próximo sábado ir a una matiné en el Boulevar de Los Olivos.  El sábado llegó y fuimos a la matiné, compre sangría (a ella no le gustaba la  cerveza) y bailamos desde merengue antiguos hasta perreo. Después de seis jarras de sangría y estando ella más que sazonada salimos de la disco y paré un taxi con la intención de llevarla a un ‘telo’, el taxi se fue por toda la Av. Universitaria, durante el trayecto yo puse mi casaca sobre nuestros pantalones para que el taxista no se gane mientras le desabotonaba el pantalón y le metía mis dedos en su conchita, ella estaba bien mojadita. Pero casi sin darme cuenta ya estábamos por la casa de ella y me lamente no haber estado atento a algún hostal en la ruta.

Debido al trabajo y los estudios nos empezamos a comunicar menos salvo una que otra llamada. Un viernes por la noche ella me llamó y me dijo que el día siguiente saldría con sus amigas pero que luego le gustaría encontrarse conmigo que este atento a mi teléfono porque si o si me llamaría. El día siguiente yo estuve esperando su llamada desde muy temprano pero el teléfono no sonó hasta que a las cuatro de la tarde me llamó y me dijo que la recoja en el Megaplaza a las cinco que estaba muy mareada. Tome una ducha, compre una caja de condones y chape un taxi con dirección al lugar acordado. Cuando llegue, ella apenas podía mantenerse de pie, me presento ante sus amigas como su enamorado, ellas eran como ocho chicas y todas estaban recontra borrachas. No pasó mucho rato y ella me dijo que la lleve a su casa, nos despedimos y salimos del local, yo la lleve caminando a las bancas frente a la municipalidad y ahí le estuve metiendo mano un rato, empecé a acariciar sus redondos senos, sus pezones se empezaron a poner duros, ella empezaba a jadear y después de un rato ella me pidió que la llevara a un cuarto, así que sin dudarlo la lleve a un ‘telo’ que estaba en frente.

Al llegar a la habitación me pidió que la deje descansar, yo recordé que ese día jugaba la ‘U’ así que me puse a ver el partido, a los pocos minutos se despertó y me pidió que le quite los zapatos y la casaca que llevaba puesta, yo le quite toda la ropa a excepción del calzoncito pequeño y blanco que traía puesto. Cuando la vi desnuda me olvide del partido y la empecé a acariciar mientras le quitaba su calzoncito, su vaginita estaba totalmente rasurada, es mas, su vagina estaba completamente cerradita (no era virgen pero no la tenía desbocada como muchos hemos visto) parecía una vagina de una pre púber, me dispuse a chupar esa concha deliciosa, ella quejaba y estremecía de placer.

Yo tenía el muñeco totalmente erecto y se lo puse en la boca, ella ni corta ni perezosa lo empezó a chupar de tal forma que casi me hace llegar en una, a pesar de que solo tenía diecinueve años lo chupaba como una profesional. Al toque me puse mi condón y la puse al filo de la cama con las piernas abiertas, y mientras yo la acomodaba ella se frotaba y metía dos dedos en la vagina, gracias a su extrema lubricación no me tomo esfuerzo alguno el penetrarla, ella apenas sintió la pegada empezó a gemir tanto que pensé que le había dolido pero luego me acordé que ella me dijo que gemía y gritaba bastante. Yo seguí aplicándole tan duro como podía y ella que gritaba mas y mas, la puse en perrito y empezó a gritar tanto que me asuste, por eso le puse una toalla en la boca y la seguí cachando en cuatro hasta que me pidió que la levante en peso, ella se abrazó de mi cuello mientras mis brazos sujetaban sus piernas y yo la clavaba sin parar (casi me deja sordo de tanto gritar en mi oído). Aquella noche nos habremos metido cuatro polvos, luego dormimos y cuando ella despertó se sintió muy avergonzada, me dijo que esto no debió pasar porque se estaba dando una oportunidad con su enamorado. Después de aquel encuentro volvimos a acostarnos un par de veces más pero fuimos perdiendo contacto y actualmente no la he vuelto a ver pero sin dudas me regaló uno de los mejores caches de mi vida.